
Asesoría Familias
La finalidad de la asesoría familias es; sesiones terapéuticas es lograr que el apoyo de los familiares sea efectivo ayudándoles a eliminar los obstáculos que entorpecen su comunicación con el paciente y así poder expresarse abierta y libremente. En estos sistemas familiares suele existir resentimiento, impotencia, control, enfado reprimido, etc. que impiden que la comunicación directa, clara y honesta, siendo muy frecuente la comunicación indirecta o triangulación de la información entre todos menos con el afectado.

Asesoría Familias
Sesiones de pareja de Adictos
Son estas terapias familiares en las que participa la pareja de la persona en tratamiento. En ellas se busca hacer conciencia de la enfermedad y de la manera en que la pareja se relaciona entre si, ya que en muchos casos suelen aparecer patrones de dependencia emocional y/o codependencia, los cuales son fundamentales cambiar por ser dinámicas muy destructivas.
Nadie es culpable de su enfermedad pero sí es responsable de su recuperación
En las terapias de pareja es importante facilitar el reconocimiento de la enfermedad y su disfuncionalidad a nivel familiar, donde lo anormal se convirtió en normal, y que cada uno pueda ver su parte de responsabilidad en dicha dinámica.
El objetivo es que la evolución del paciente y la de los familiares avance conjuntamente e ir resolviendo las dificultades que se puedan presentar. Se trata de realizar una intervención global sobre los afectados directa o indirectamente por la enfermedad de la adicción.
En estas terapias participa la pareja de la persona en tratamiento con el objetivo de hacer conciencia de enfermedad y de explorar la forma de relacionarse entre si, ya que a menudo aparecen patrones de dependencia emocional y/o codependencia con dinámicas muy dañinas y destructivas que son necesarias cambiar.

No tiene la culpa de su enfermedad pero sí la responsabilidad
de su recuperación
Al reconocer la enfermedad y cómo ha afectado a la pareja y a nivel familiar, se comienza a asumir la parte que cada uno ha tenido en esta dinámica donde se ha normalizado lo que no es normal.
La finalidad es que tanto los familiares como el paciente evolucionen y avancen de manera conjunta, superando los obstáculos que se les puedan presentar en el proceso. De esta manera intervenimos de forma integral sobre los afectados por la enfermedad de la adicción, sea directa o indirectamente.
Que puede hacer la Familia o personas significativas
Intervención en Crisis
Asesoría Familias
BARRERAS PARA LA AYUDA
Primero vamos a considerar la barrera para la ayuda. Uno de los principales problemas en el tratamiento de adictos es su rechazo a rendirse al problema o admitir que son adictos y buscar ayuda. Parecen estar negando la realidad de su enfermedad, para rendirse, tocar fondo y entregarse en un proceso psicológico desconcertante e intrigante.
¿Qué significa rendirse? Significa que los adictos deben reconocer que no pueden hacerlo solos, que son incapaces de resolver sus propios problemas sin ayuda. Esto es una confirmación de desvalorización, inadecuación y un juicio de carácter débil de sí mismo y de otros. Es algo bastante difícil de admitir. Para los adictos negar su problema de adicción es una manera de aferrarse a la esperanza infantil de que pueden controlar sus vidas, para no ser diferente o inferior a los demás. ¿Por qué esta necesidad de dependencia? Parece que depender de otras personas representa una pérdida de identidad que no puede ser manejada.
El proceso de rendición no está limitado en el tiempo, es algo que tiene que repetirse muchas veces. Una persona tocará fondo, demostrará humildad, se rendirá a los demás y después buscará tratamiento. Desafortunadamente el efecto no perdura. El ego se vuelve a inflar y la persona volverá a intentar ser independiente y a desafiar la autoridad o la ayuda. El dr. Tiebout dijo que la conversión ocurría cuando “el individuo toca fondo, se rinde y por ello reduce su ego. Su salvación reside en mantener ese ego reducido, en seguir siendo humilde.” Es importante que durante el tratamiento el terapeuta sea consciente de este ciclo de rendición y tome las acciones necesarias para prevenir que el cliente deje el tratamiento demasiado pronto.
LA CEGUERA DEL PERFECCIONISMO Y DEL FRACASO
Los adictos en recuperación tienden a la lucha por la perfección para arreglar el pasado inaceptable y los fracasos. De esta manera, su perfeccionismo provoca que se planteen metas no realistas, y cuando vuelven a fallar se sienten cada vez más ineptos. No pueden permitirse a sí mismos cometer un error. Deben saberlo todo y tener todas las respuestas para cualquier ocasión. Muchos adictos pasan días preparando una entrevista de trabajo. Intentan anticiparse a cualquier pregunta que les puedan hacer y buscan la respuesta “perfecta”. Olvidarse de una respuesta es equivalente a una fracaso absoluto. Se parece mucho al equilibrista que camina sobre la cuerda, pero con la vida. No hay margen para el error, así que se crea una tensión constante y un miedo que es bastante evidente en muchos adictos. Están atrapados: el fallo provoca la necesidad de plantear nuevas metas, también poco realistas, que volverán a fallar.
¿Cómo puede afectar esto a las relaciones de los adictos con otras personas? Primero, proyectarán su perfeccionismo sobre los demás y esperarán de su jefe, mujer o cualquier figura de autoridad que hagan todo perfecto y que tengan todas las respuestas. Cuando los demás no cumplen estas expectativas, los adictos resienten, se enfadan y se desilusionan. Esto, por supuesto, lleva a una gran barrera que les protege de relaciones sanas.
DILEMA DE LA VISIÓN DE TÚNEL
Parece ser característico de los adictos. El adicto ve la vida y a otras personas a través de un largo y oscuro túnel con un pequeño agujero al final, o puede ver solamente hacia delante como con las anteojeras de los caballos. No quieren confundirse con todos los aspectos del problema. Las decisiones las toman con los mínimos estímulos o hechos y de forma impulsiva, con poca visión de futuro. Con una percepción distorsionada de la realidad y una fuerte necesidad de percibir sólo lo que ellos quieren, su juicio pobre se hará evidente al tratar con las complejidades de la vida, añadiendo frustración y fracaso. Uno puede imaginarse la ansiedad resultante y la tensión cuando el/la adicto/a construye sus patrones de comportamientos en esa rigidez, o en imágenes distorsionadas de sí mismo y de los demás, o cuando demuestran una actitud de pasotismo. Si le añadimos sentimientos de vulnerabilidad y otros miedos e indefensión, estaremos cerca de comprender por qué usan el alcohol y/u otras drogas para escapar. Estas mágicas sustancias les proporcionan una vida corta y una experiencia todavía poderosa y agradable.
VERDAD O MITO
Está muy relacionado con el dilema de la visión de túnel. La rigidez del pensamiento de los adictos está basado en un todo o nada, blanco o negro, y de esta forma es su acercamiento para la resolución de problemas. Sólo hay extremos. Como la experiencia del mundo es realmente compleja y variada, el/la adicto/a resulta bastante indefenso por no ser capaz de distinguir y escoger respuestas apropiadas. Es comparable a la frustración que un animal experimental podría sentir, tras haber sido entrenado en un laberinto sencillo, cuando se encuentra en otro con caminos múltiples, luces intermitentes, puertas trampas y callejones. El uso de cualquier sustancia para reducir el conflicto en una situación de este tipo podría llevar a un refuerzo positivo.
La solución más frecuente para un/a adicto/a es una elección impulsiva de una de las dos alternativas. Como fracasan de forma repetida al resolver problemas, los adictos pierden confianza en sí mismos, se vuelven hipersensibles a la crítica, y reaccionan impulsivamente ante la autoridad y las normas de la sociedad. Esto lleva al rechazo público de la sociedad, amistades y familia. Es bastante común que las personas reaccionen a ese rechazo con resentimientos, hostilidades, desconfianza y una retirada general de todo menos de sus relaciones más superficiales. Las sustancias son soluciones temporales al sentirse solo y atrapado. El ciclo adictivo ha comenzado y la enfermedad progresa de forma rápida hasta el final, la fase crónica.
LA PARÁLISIS DE LA SOLEDAD
Los adictos a menudo se sienten tan solos que se paralizan a la hora de realizar cualquier acción. Esta soledad se hace visible en síntomas como depresión, desesperanza, hastío, desinterés y apatía. A pesar de que muchos adictos parecen tener muchas habilidades sociales y parecen “el alma de la fiesta”, un examen más detallado revela que sus relaciones con los demás son bastante superficiales. No han aprendido a expresar sentimientos de afecto, y consideran el dar y recibir de las relaciones humanas mas bien como un recibir.
Lewis Presnall mantiene en La búsqueda de la serenidad que “ El arte de dar y recibir es una de las más grandes artes de la vida. Hemos oído mucho sobre el arte de dar, pero el de recibir es igualmente importante. Alcanzar un equilibrio entre ambos es una característica del adulto maduro.” Aunque muchos adictos han alcanzado cierto grado de madurez emocional, el área de la honestidad en sus relaciones normalmente carece de un crecimiento emocional. Sólo hace falta observar al bebedor solitario del bar para sentir una profunda soledad. Privados de relaciones sanas, el/la adicto/a es incapaz de continuar desarrollando sentimientos de valía o autoestima y por tanto, pierde su identidad como persona útil en la sociedad.
MENSAJES CONTRADICTORIOS
El doble vínculo consiste en dos fuerzas contrarias operando sobre una persona. Cuando se examinan, las inconsistencias son bastante obvias. Por ejemplo, los adictos quieren ayuda y consejo de los demás, pero bajo sus condiciones por lo que rechazan el consejo que se les ha dado. Quieren estructura y control sobre ellos, pero lucharan en contra. Necesitan ayuda de forma desesperada, pero disfrazan la forma de comunicar esta necesidad. Trabajan duro para hacer que se acepte su adicción, pero se resistirán a aceptar su propia dependencia.
Este concepto no es muy diferente al de Festinger en su teoría de la disonancia cognitiva. En esta teoría se defiende que, cuando hay un desacuerdo entre dos elementos cognitivos (pensamientos) o entre cognición y comportamiento, la persona alterará la situación para que sea congruente. Los adictos, incapaces de resolver sus problemas por los mensajes contradictorios del doble vínculo, la visión del túnel, o los pensamientos de todo o nada, acumulará tensión o ansiedad que a diferencia de los demás, resolverá no mediante el cambio de actitudes, creencias o prejuicios, si no a través de las sustancias.
La enfermedad de la adicción afecta de forma directa a millones de personas y de forma indirecta agota la vitalidad de toda la sociedad. A los adictos es difícil llegar de entrada, y el tratamiento presenta problemas complicados. Pero se están haciendo avances en la comprensión de la complicada naturaleza de la enfermedad. Ahora es posible diagnosticar la adicción con bastante precisión y desarrollar programas de rehabilitación. Con comprensión y ayuda, el/la adicto/a puede romper su rigidez y patrón estereotipado de autodestrucción y verdaderamente volver o empezar a vivir.